El rostro de la innovación de IDEO

Hoy muchas organizaciones buscan instrumentar estrategias para fomentar una cultura de innovación, y aprovechar el potencial creativo de sus colaboradores, y alguien que conoce el camino para hacerlo es Tom Kelley, director general de la firma de diseño IDEO.

IDEO es un estudio norteamericano que ha desarrollado miles de productos y servicios innovadores, entre ellos, la productividad de la cadena de suministros de Kraft, la agenda de Palm V y el legendario mouse de Apple; ideas traducidas en tangibles e intangibles que revolucionaron la industria global.

En su más reciente obra, The Ten Faces of Innovation, Kelley aborda la innovación construyendo un decálogo ideal de perfiles, reunidos en tres grupos.

Los que Aprenden, los que Organizan, y los que Construyen.

LOS QUE APRENDEN

El primer grupo está constituido por el antropólogo, el experimentador y el polinizador.

El antropólogo es quien se encarga de introducir nuevas opiniones y puntos de vista en la empresa; como resultado de observar la conducta de las personas, y de una comprensión profunda de cómo los humanos interactuamos físicamente con los productos, servicios y espacios; pero aún más importante, cómo nos vinculamos emocionalmente con ellos.

El experimentador desarrollando bosquejos y prototipos de nuevas ideas, con planteamientos que se antojan de origen imposibles. Este perfil aprende a través de un proceso de prueba y error, lo cual le permite validar o invalidar un sin fin de posibilidades.

En esto grupo, finalmente se encuentra el polinizador, quien desempeña una función interesantísima: explora en sectores y cultura distintas, inclusive extrapoladas a la empresa, y adapta sus hallazgos a la organización. Este perfil genera soluciones que permiten enriquecer significativamente la cultura de innovación en la empresa.

El segundo grupo está constituido por el saltador de obstáculos, el colaborador, el director.

Igual que un versátil atleta que practica jumping, el saltador de obstáculos conocer la camino a la innovación, y reconoce que este camino está repleto obstáculos.

Saltador de obstáculos:
esta habilidad para diagnosticar trabas le permite plantear soluciones para esquivarlos con mejor dominio en manos tiempo.

Después está el colaborador, quien reúne grupos eclécticos; un ensamble de personas brillantes de diferentes orígenes y contextos. Este perfil colaborador modera al centro y detona la creación de nuevas combinaciones y soluciones desde una perspectiva interdisciplinaria.

El director —como lo haría un director de cine, como Steven Spielberg—, se encarga de reunir personal talentoso, hace un buen casting; pero no solo eso, es un incitador, provocador, un provocador creativo, que además genera un clima de trabajo ideal. En síntesis, el director ayuda a despertar nuevos talentos creativos.

Y finalmente el tercer grupo, compuesto por el arquitecto con experiencia, el diseñador de escenarios, el cuidador y el contador de historias.

El arquitecto con experiencia es el encargado de diseñar las experiencias memorables y atractivas, que van más allá de mera funcionalidad del servicio o productos que ofrece la empresa. Una pregunta recurrente es: ¿esto es ordinario, o como mínimo un poco extraordinario? Él se encarga de conectar a un nivel más profundo con las necesidades latentes o patentes de su público.

En este tercer grupos de construcción, aparece el diseñador de escenarios. En IDEO hay una creencia implícita de que una oficina creativa es como un escenario, que con una apropiada intervención interior se contribuye significativamente al rendimiento global; como potentes herramientas para influir sobre la conducta y actitudes de los usuarios.

El cuidador ofrece una atención superior a los usuarios que va más allá de un mero servicio. Piense en toda las cosas que se pueden obviar en una sala de emergencias. Con un instructivo simple, o tarjetas de identificación visibles y comprensibles, en transito de un paciente podría ser menos traumático. Aunque no todas las empresas se dedican a la medicina, le lección es sencilla: simplificar y humanizar la atención.

Finalmente, el contador de historias, quien fomenta la concienciación y la ética internas a través de argumentos seductores, historias que se fincan en las emociones, y que comunican valores humanos fundamentales, o refuerzan un rasgo cultural específico. Más allá de su tradición oral, los narradores modernos trabajan en el medio que mejor se adapta a sus habilidades y a su mensaje: vídeo, narrativa, animación o incluso tiras cómicas.

Al final, 10 perfiles ideales para trasformar el sistema de trabajo de cualquier organización, especialmente si es una organización creativa.

Lo interesante de la propuesta de Tom Kelley es que cualquier puede asumir unos de estos roles, con el fin de innovar en diferentes situaciones.

Las diez caras de la innovación. Citando a George Orwell, “Cada quien tiene… la cara que se merece.” ¿Cuál de ésta 10 prefieres?


PRIMERA TEMPORADA

José Antonio Luna Abundis